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José María Heredia y Heredia, también conocido como José María Heredia y Campuzano (31 de diciembre de 1803 - 7 de mayo de 1839), fue un poeta cubano considerado por muchos como el primer poeta romántico de las Américas y el iniciador del romanticismo latinoamericano. Recientemente, se ha calificado esta visión, resaltando las raíces de Heredia en el Neoclasicismo y la estética de la Sensibilidad del siglo XVIII. Conocido como "El Cantor del Niagara", es considerado uno de los poetas más importantes en lengua española y ha sido nombrado Poeta Nacional de Cuba.

  • Biografía

Heredia estudió en la Universidad de La Habana y obtuvo una licenciatura en leyes en 1823. En otoño de 1823, fue arrestado por conspirar contra el gobierno español debido a su participación en actividades proindependentistas, siendo condenado al destierro de por vida. Para evitar la condena, huyó a los Estados Unidos y pasó dos años en la ciudad de Nueva York a los 19 años. Luego se refugió en México en 1825 y fue editor de la revista literaria El Iris durante unos meses. Se naturalizó como ciudadano mexicano y obtuvo un cargo como magistrado.

Aunque muchas de sus primeras obras son traducciones ingeniosas del francés, inglés e italiano, su originalidad se destaca en poemas como "Himno del desterrado", la epístola a Emilia, Desengaños y la célebre oda a Niágara. Uno de sus poemas más celebrados, "En El Teocalli de Cholula", explora la universalidad de la naturaleza y la inmensa belleza de las ruinas indígenas. Al igual que otros románticos españoles y latinoamericanos, su formación intelectual se enmarca en el Neoclasicismo, y su poesía destaca por la perfección de la forma y la sinceridad y profundidad de sus sentimientos.

Heredia publicó la primera edición de sus poemas (Poesías) durante su estancia en Nueva York en 1825, recibiendo elogios en las Américas y Europa occidental. Andrés Bello y Alberto Lista elogiaron la precocidad de Heredia desde sus exilios en Londres y España respectivamente. Una segunda colección significativamente ampliada, que incluía versiones revisadas de muchos poemas de la edición anterior, se publicó en Toluca en 1832, también por Heredia. En 1836, obtuvo permiso para visitar Cuba durante dos meses para reunirse con su madre. Desilusionado en sus ambiciones políticas y quebrantado en salud, Heredia regresó a México en enero de 1837 y falleció en la Ciudad de México el 7 de mayo de 1839.

  • Infancia:

José María Heredia nació en Santiago de Cuba el 31 de diciembre de 1803, hijo de José Francisco Heredia Mieses y Mercedes Heredia Campuzano-Polanco, nativos de Santo Domingo. En su infancia en Cuba, aprendió a leer y escribir en latín y griego, traduciendo obras famosas de autores clásicos como Homero, Horacio y otros. Pasó la mayor parte de su crianza en Santo Domingo, ya que su familia se mudó allí cuando aún era un niño pequeño. Su padre fue nombrado magistrado en el Tribunal de Caracas, lo que llevó a la familia a mudarse a Venezuela debido a su trabajo.

  • Años Intermedios:

Regresó a Cuba desde Venezuela en 1818 y se matriculó en la Universidad de La Habana a la temprana edad de 14 años. No permaneció mucho tiempo en la Universidad de La Habana; continuó su carrera al año siguiente en México. La muerte de su padre, José Francisco Heredia, en 1820, hizo que su hijo José María regresara a Cuba al año siguiente desde México.

Heredia en los Estados Unidos:
El tiempo de José María Heredia en los Estados Unidos duró desde el 4 de diciembre de 1823 hasta el 22 de agosto de 1825. Su estancia en los Estados Unidos se vio truncada porque recibió una invitación personal de Guadalupe Victoria, presidente de México en ese momento, para una residencia permanente en México. Como un "joven de veinte años con aversión al inglés", viajó entre ciudades como Boston, Nueva York, New Haven y Filadelfia. Mientras estaba en estas ciudades, vivió en pensiones con otros exiliados cubanos o turistas. Entre los cubanos que conoció, muchos estaban "ansiosos por abandonar los Estados Unidos por cualquier territorio de habla hispana que no estuviera bajo el dominio español". Aunque no logró penetrar en los círculos literarios de América del Norte en ese momento, sus dos años de exilio en los Estados Unidos son cada vez más críticos con respecto a sus obras principales. Su amor por la libertad creció mientras descubría en sus viajes aquí la gratificante actividad de los hombres libres; aprendió a leer en inglés e imitó la prosa de sus contrapartes literarias estadounidenses. Además, la naturaleza encontrada en toda América del Norte, especialmente las Cataratas del Niágara, desempeñó un papel crucial en sus obras más influyentes y famosas. Su tiempo en el exilio en los Estados Unidos contribuyó a formar una comunidad de lectores que también experimentaban lo mismo.

  • Romanticismo

Monumento a Heredia en las Cataratas del Niágara. La inscripción en el monumento dice: "Poeta cubano, patriota desterrado llamado el sublime cantor de la grandiosidad maravillosa de las Cataratas del Niágara".

José María Heredia pasó muchos años en el exilio en los Estados Unidos y México, lejos de su tierra natal, Cuba. Muchos de sus poemas, ya que era un destacado poeta, reflejan una mezcla de sensualidad tropical y melancolía soñadora, a menudo inspirados por su nostalgia. La fuerza y belleza de la naturaleza, así como el enfoque en la individualidad, emergen fuertemente en sus poemas. El Romanticismo Latinoamericano contiene muchas cualidades, todas las cuales se encuentran en los poemas más populares de Heredia.

Los elementos en el pensamiento, estilo y manera que son típicos del Romanticismo en humanidades y especialmente en literatura son: 

  1. Un enfoque en el individuo.

  2. Una dedicación a la libertad personal y política.

  3. Pasión en términos de emociones y la expresión de la individualidad que puede incluir el sufrimiento.

  4. Aprecio y tratamiento de nuevos temas en el arte e ideas que incluyen extremos como lo sublime o lo ideal por un lado y lo feo o grotesco por el otro.

  5. Lirismo en la música y poesía, incluyendo estilos personales melodramáticos y melodrama en el teatro o drama.

  6. Destacar la sensibilidad hacia la naturaleza, los pobres y los enfermos, etc.

  7. Descubrimiento o inclusión en humanidades de lo que la sociedad latinoamericana tradicional, dominada por la cultura de Francia, España y Portugal, había visto como exótico (es decir, proveniente de Asia, Oceanía o el Medio Oriente, etc.).

Se ha dicho que "si los Estados Unidos tenían a Walt Whitman y Edgar Allan Poe, América Latina tenía al poeta cubano Heredia" en lo que respecta a la prominencia e importancia literaria de su poesía. Al ser comparado con los grandes escritores estadounidenses del Movimiento Romántico, muestra que su obra se caracteriza por el estilo del Romanticismo. Su Romanticismo es el de la búsqueda y anhelo de libertad, tanto política como literaria. En este sentido, su poesía proviene directamente de su vida.

  • Obras Importantes:


"En el Teocalli de Cholula" ("En el Teocalli de Cholula" en inglés) y "Niágara" son sus poemas más importantes. Su poesía perdura tanto por el tema como por el sentimiento intensamente personal en las obras. La naturaleza se representa claramente al estilo de la Era Romántica y refleja sus estados espirituales y emocionales. La naturaleza actúa como su libertad. En estos poemas, el poeta elogia la belleza natural de ambas Américas. La característica más prominente del Romanticismo en Heredia es la presencia constante de su vida en su poesía, así como las notas oscuras de muerte, melancolía y tristeza que impregnan sus escritos.

"En el Teocalli de Cholula"
La fascinación de Heredia por las Ruinas Aztecas está inmensamente ligada a las temáticas del Romanticismo. Representativa del pasado fantasmagórico, evoca una sensación de muerte y misterio de la Era Romántica. Escrito después de la muerte de su padre en México, una voz lírica experimenta la melancolía al observar la puesta de sol sobre los campos del valle de Anáhuac y, posteriormente, reflexiona sobre la desaparición de los constructores de pirámides y cómo han cambiado los tiempos.

"Niágara"
Las Cataratas del Niágara fueron fácilmente accesibles al público gracias a la finalización del Canal Erie en 1825. Su existencia atrajo a románticos nacionales y extranjeros para presenciar con asombro este espectáculo de las fuerzas de la naturaleza. Heredia se quedó maravillado y "proyectó sus sentimientos angustiados en su poderoso flujo y caída y remolino". El "Niágara" se publicó originalmente en la primera colección de Heredia, titulada Poesías, publicada en Nueva York en 1825. El tema de una fisura o ruptura en la relación entre sujeto y objeto aparece en "Niágara" coincidiendo con sus sentimientos de división o separación entre países.

  

Francisco Vicente Aguilera nacido en Bayamo, capitanía general de Cuba, el 23 de junio de 1821. Tuvo diez hijos con su esposa Ana Manuela María Dolores Sebastiana Kindelán y Sánchez. Estudió en la Universidad de La Habana, obteniendo el título de Licenciado en Derecho.

Aguilera heredó una fortuna de su padre y, en 1867, era el terrateniente más rico de la región oriental de Cuba, que formaba parte del dominio español, poseyendo extensas propiedades, refinerías de azúcar, ganado y esclavos. Nunca compró esclavos traídos regularmente de la costa africana para la venta. Solo utilizaba a los esclavos heredados de su padre, lo que lo obligaba a contratar a muchos trabajadores libres para plantar y cosechar la caña de azúcar y trabajar en las fincas. Fue alcalde de Bayamo, además de ser masón y líder de la logia masónica en Bayamo.

Viajó a muchos países, incluyendo Estados Unidos, Francia, Inglaterra e Italia. Durante sus viajes, entró en contacto con gobiernos cuyos jefes de estado no eran monarcas, lo que lo llevó a adoptar las ideas progresistas a las que estuvo expuesto. Se convirtió en un idealista siempre preocupado por mejorar las condiciones de sus compatriotas.

  • Biografía:

Sus padres eran personas distinguidas y acomodadas. Ya adulto, ansioso por conocer y vivir la verdadera democracia, de la cual era un ferviente amante, viajó por los Estados Unidos. Al regresar a Bayamo, descubrió que su padre había fallecido. Recibió una inmensa fortuna, y todo parecía sonreírle.

En 1848, contrajo matrimonio con la señorita Ana Kindelán y Griñán en Santiago. Con ella tuvo diez hijos. Para él, la familia era uno de sus encantos principales. Por eso, disfrutaba bastante llevando a sus hijas a fiestas y actividades sociales.

El hombre más rico del Este Poseía quinientos esclavos y tenía fincas rústicas en Bayamo, Jiguaní, Las Tunas y Manzanillo, en las cuales había varios ingenios y extensas áreas dedicadas al cultivo agrícola y a la cría de ganado de diversos tipos. Sus propiedades urbanas no eran menores. En Bayamo, era dueño del teatro de la ciudad, dos casas de varios pisos, muchas otras casas más pequeñas y una tienda de comestibles. En Manzanillo, varias casas más y un almacén de miel.

  • Conspiraciones y levantamiento

En 1851, participó en la conspiración de Joaquín de Agüero; sin embargo, poco después, debido a la falta de coordinación y la enfermedad momentánea de su madre, se retiró temporalmente de tales actividades. Aguilera encabezó el primer Comité Revolucionario Cubano, fundado en Bayamo, con la participación de Pedro Figueredo (Perucho) y Francisco Maceo Osorio. Dirigió la reunión que tuvo lugar en San Miguel de Rompe, el 3 de agosto de 1868, sin llegar a un acuerdo sobre la fecha del levantamiento.

En las siguientes reuniones se acordó posponerlo hasta el final de la temporada de cosecha, para asegurar los recursos necesarios. Poco después, la persistencia de muchos conspiradores los llevó a reunirse en el ingenio Rosario, al cual Aguilera no asistió y, por lo tanto, Carlos Manuel de Céspedes tomó la iniciativa de la reunión y se estableció en la zona de Manzanillo, disfrutando de gran jerarquía. De esa reunión surgió la determinación de tomar las armas el 14 de octubre de 1868.

La inquietud de los conspiradores permitió que las autoridades españolas conocieran los planes del levantamiento. Enviaron grupos para arrestar a los principales líderes del movimiento. Por esa razón, Céspedes adelantó la fecha de la operación. Comenzó la lucha en la madrugada del 10 de octubre en su ingenio azucarero, La Demajagua; mientras que Aguilera, el hombre que inició el movimiento, no parecía estar dispuesto a ir a la guerra tan pronto, ya que se encontraba en su finca en Cabaniguán. Aguilera tuvo a alguien que llegó con la noticia y la intención de persuadirlo para que negara a Carlos Manuel de Céspedes. Sin embargo, estuvo de acuerdo con el resto de los miembros del Comité Revolucionario y, a través de Pedro Figueredo, comunicó a Céspedes su apoyo a la insurrección.

  • Asamblea de Guáimaro y cargos gubernamentales

El 10 de abril de 1869, durante la celebración de la Asamblea de Guáimaro, Aguilera no estuvo presente debido a una enfermedad. Incluso circulaba el rumor de su muerte, por lo que no fue designado para ningún cargo en el liderazgo del gobierno. Cuando Céspedes regresó a la región de Bayamo, lo encontró vivo y lo nombró Secretario de Guerra. Hasta principios de 1870 desempeñó esa responsabilidad y el 24 de febrero de ese año, la Cámara de Representantes creó el cargo de Vicepresidente de la República, designándolo para el mismo. Pocos días después, el 8 de marzo, Céspedes lo nombró Lugarteniente General del Estado de Oriente. Ya había sido ascendido a general de brigada anteriormente.

Emigración Consciente de las dificultades existentes en el extranjero para buscar ayuda para la República de Cuba en Armas y seguro de la simpatía que Aguilera disfrutaba en todas partes, Céspedes pensó que podría influir en la emigración cubana y en figuras políticas de los Estados Unidos y otros países para realizar futuras expediciones a Cuba con material bélico solicitado por las fuerzas cubanas. El 27 de julio de 1871, junto con Ramón de Céspedes, emprendió esa misión. El 28 estuvo en Jamaica y desde allí se trasladó, tan pronto como pudo, a Nueva York, para hacerse cargo de la Agencia General, el organismo que dirigía el apoyo extranjero para la guerra. El 17 de agosto asumió el cargo.

Aguilera no tardaría mucho, para su pesar, en chocar con la dura realidad. Estados Unidos no reconocía la República de Cuba en Armas. La situación empeoraba, ya que los cubanos que Aguilera encontró en los Estados Unidos estaban divididos por intereses más personales que patrióticos. Algunos estaban alrededor del reformista Miguel Aldama y otros alrededor de Manuel de Quesada.

  • Permanencia en Europa

Durante todo ese año, Aguilera se negó a regresar a Cuba. Quería retornar al país con una gran expedición que llevara numerosas armas a Cuba y había explorado todas las posibilidades. En 1872, se dirigió a Europa con este propósito. Tenía la esperanza de que los cubanos allí no estarían tan divididos buscando sus propios beneficios y se unirían a la causa cubana.

En 1873, regresó a Nueva York. Poco después, la Cámara depuso al Presidente Céspedes. Cuando Aguilera era el vicepresidente, el presidente de la Cámara, Salvador Cisneros Betancourt, quien actuaba como el Presidente de la República en Armas, escribió a Francisco Vicente Aguilera: "(...) grandes ventajas se obtendrán para el país si un hombre que no ha escatimado sacrificios por su propia libertad regresa a él (...) Estás en una mejor posición para administrar la República, ven y salvaremos la Revolución."

Aguilera respondió al Presidente de la Cámara que sí, que vendría a Cuba, pero cuando pudiera liderar una fuerte expedición hacia el Oeste: "Oriente y Camagüey, cuna y garantía de la Revolución", le dijo Aguilera a Cisneros, "son la base de nuestras operaciones, ahora la victoria está en el Oeste (...) podemos matar soldados españoles en el Este, pero la forma de concluir la guerra es secar la fuente de la que brotan y sabemos dónde está esa fuente."

  • Insurgente

En ese momento, España seguía controlando Cuba, pero había perdido el control de varios de sus territorios en América Central y del Sur a principios del siglo XIX. Esto se debió en gran parte a los esfuerzos de Simón Bolívar, a quien se le atribuye liderar la lucha por la independencia en lo que ahora son los países de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Bolivia. El dominio colonial tenía sus pros y sus contras. Los aspectos positivos eran que el país dominante ayudaba a mejorar el nivel de vida en el territorio mediante la construcción de infraestructuras, la introducción de nuevas tecnologías y la implementación de sistemas de gobierno y organización. Los aspectos negativos eran que el país dominante explotaba a las personas bajo su control con prácticas laborales injustas y explotaba la tierra con poco o ningún reembolso para los nativos. En Cuba, los españoles estaban obligando a los indígenas a trabajar en condiciones terribles en las minas de oro. En la vida de Aguilera, los aspectos negativos superaban con creces a los positivos, y él estaba muy a favor de la separación de Cuba de España.

En 1851, a la edad de 30 años, Aguilera comenzó a conspirar contra el dominio colonial español y se unió a un movimiento iniciado por Joaquín de Agüero en Camagüey, Cuba. A partir de entonces, junto con otros terratenientes adinerados de la región, habló abiertamente en contra del dominio colonial español. Lideró un levantamiento anti-español que ocurrió en Bayamo en 1867 y fue seleccionado como líder de un Comité General designado para llevar a cabo los planes de los insurrectos. Los otros dos miembros de este comité fueron Francisco Maceo y Pedro "Perucho" Figueredo, posteriormente autor del Himno Nacional Cubano. Aguilera participó activamente en la creación de grupos conspirativos en diversas regiones del país, incluida la planificación de reuniones preliminares que culminaron en la declaración de independencia del 10 de octubre de 1868 en Yara, liderada por el terrateniente y abogado Carlos Manuel de Céspedes. Aguilera sostenía que la revuelta de Céspedes debería esperar hasta recaudar más dinero antes de atacar, y aunque su punto de vista no prevaleció, cedió el control total de la insurrección y la guerra subsiguiente a Céspedes, quien se convirtió de facto en líder del movimiento independentista. El apoyo de Aguilera a Céspedes se debía tanto a su falta de interés en el poder político como a su deseo de mejorar la situación de sus compatriotas.

Aguilera respaldó sus palabras con acciones. En una de las reuniones conspirativas, anunció famosamente que estaba listo y dispuesto a vender todas sus propiedades privadas al valor de mercado para recaudar fondos para armar el nuevo Ejército de Independencia de Cuba. Al día siguiente, publicó un anuncio en el principal periódico de Bayamo ofreciendo todas sus propiedades, edificios y ganado, que incluían 35,000 cabezas de ganado y 4,000 caballos, a la venta.

Aguilera ocupó numerosos cargos en el Ejército Cubano, incluyendo el de Mayor General, Ministro de Guerra, Vicepresidente de la República y Comandante en Jefe del Distrito Oriental. Mientras estuvo al mando del ejército, se distinguió por su valentía y habilidad, participando personalmente en muchas batallas y escaramuzas.

  • Emancipación de esclavos

Al estallar la guerra en 1868, Aguilera liberó a sus 500 esclavos, una acción ilegal según la ley española vigente en Cuba en ese momento, y se unió a muchos de ellos para recuperar la ciudad de Bayamo de manos de los españoles. Muchos de sus ex esclavos se convirtieron en soldados y oficiales en la Guerra de Independencia.

  • Muerte

En 1871, Francisco Vicente Aguilera fue a la ciudad de Nueva York para recaudar fondos para el esfuerzo de guerra. Había dado todo por la causa de la independencia de Cuba. Aguilera murió completamente desposeído después de una breve lucha contra el cáncer de garganta en su apartamento en el 223 West 30th Street de Nueva York el 22 de febrero de 1877. La República de Cuba, finalmente libre después de tantos años y bajas, honró a Aguilera imprimiendo su imagen en el billete de 100 pesos cubanos que estaba en circulación antes de la tirania comunista de 1959.

  • Mausoleo

Los restos de Aguilera han estado en Bayamo desde 1910. 

Sus restos fueron sacados del cementerio de San Juan para que no fueran trasladados al cementerio de Santiago de Santa Ifigenia.

En 1958, se inauguró el mausoleo en su homenaje. Sus restos descansan actualmente en su base.