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Gaspar Betancourt Cisneros (28 de abril de 1803 - 7 de diciembre de 1866) Anexionista, destacado intelectual cubano del siglo XIX, es reconocido por su labor pionera como articulista de costumbres. Bajo el seudónimo de El Lugareño, dejó una huella significativa en el campo del periodismo. Además, se destacó por su habilidad como epistológrafo, consolidando así su posición como una figura influyente en la cultura cubana de la época. Abolicionista y defensor de la importación de mano de obra "blanca" desde Europa para reemplazar a los esclavos, Gaspar Betancourt Cisneros también fue partidario de la independencia de Cuba. Fue un difusor de propaganda antiespañola y sostuvo posturas anexionistas para que la isla se uniera a los Estados Unidos.

  • Biografía

Nacido en la ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe más tarde nombrada Camagüey, donde realizó estudios hasta 1822. Viajó a Estados Unidos para completar su formación y trabajó en Filadelfia, donde se relacionó con figuras de la talla de José Antonio Saco, de quien llegó a ser gran amigo, y con quien polemizó sobre el tema del anexionismo.

Tenía solo veinte años cuando formó parte de la comisión de cubanos que viajó a Venezuela a entrevistarse con Simón Bolívar para recabar su apoyo a la causa de la independencia cubana. 

Durante su residencia en Estados Unidos asistió a convenciones y reuniones de carácter político que modelaron su personalidad y preocupaciones sociales; en esa época colaboró en el Mensajero Semanal de Nueva York

  • Gaspar Betancourt Cisneros "El Lugareño"

En 1834 regresó a Cuba, y concentró sus fuerzas en conseguir mejoras para su Camagüey natal: planeó ferrocarriles, fundó escuelas, proyectó puentes, ofreció lecciones a los campesinos.

Su temperamento socarrón, de gran donosura criolla, se volcó en la sátira de los artículos de costumbres que con el nombre de “Escenas cotidianas” publicó en La Gaceta de Puerto Príncipe entre 1838 y 1840. El afán por mejorar las costumbres y los modos de vida de su ciudad fue el propósito de esos trabajos –que, recogidos en un volumen, serían publicados en La Habana en 1950.

Colaboró también en El Fanal, de Camagüey, y El Siglo, de La Habana. Enfrentado al régimen colonial, asumió durante esos años el anexionismo como programa político para Cuba. En 1846, una orden del Capitán General Leopoldo O’Donell lo obligó a abandonar el país rumbo a Estados Unidos, donde desplegó una importante labor política al frente de la Junta Cubana de Nueva York. Allí fundó, en 1848, el periódico La Verdad, de orientación anexionista. 

“Desde que me resolví a conspirar contra el gobierno español, o más bien contra la dominación de España en Cuba, di por perdidas todas mis propiedades y no he pensado en recobrarlas sino con la independencia de la Isla de Cuba, y un gobierno propio, libre y digno de la civilización de sus hijos.”


En 1856 partió a Europa, y vivió en Florencia y París. Volvió a Cuba en 1861.

Contra las costumbres de la estratificación social y contra la rutina hecha norma de vida levantó sus críticas El Lugareño. Como en casi todos los escritores de costumbres, se observa en él una actitud ambivalente que, amando la tradición, trata al mismo tiempo de superarla y hasta de suprimirla.

El espíritu de rutina fue para él “esclavitud del pensamiento, cárcel de la voluntad, salvoconducto de la ignorancia, polilla y carcoma de una sociedad”. Enfiló, por lo tanto, sus armas contra las ideas tradicionales acerca de la educación de la mujer, contra la idea del trabajo manual como actividad carente de dignidad, y por la solución de las deficiencias en la instrucción pública de Puerto Príncipe. Al mismo tiempo, dejó en sus textos testimonio de la cultura popular, describiendo los bailes y fiestas de la región.

Gaspar Betancourt Cisneros se distinguió por su afán de buscar lo sustancial, las raíces y causas de los hábitos y tradiciones de su patria chica. Su estilo atrae por la expresión desenvuelta, desenfadada y viva, y es un logro de su prosa el modo entre coloquial y elevado de sus observaciones y reflexiones.

Fue, paradójicamente, muy español todavía en la manera de decir, pero ya muy criollo en su expresión; de ahí los frecuentes cubanismos que caracterizan sus artículos. Se distinguió por su humor espontáneo dentro del panorama del costumbrismo cubano, que compartió con otros destacados articulistas como Ignacio Valdés Machuca, José María de Cárdenas y Rodríguez (Jeremías de Docaranza), Antonio Bachiller y Morales , Anselmo Suárez y Romero y José Victoriano Betancourt , entre otros.

  • Muerte

Falleció el 7 de diciembre de 1866 en La Habana y lo entierran por su voluntad en Puerto Príncipe. Lo esperan en la estación de Camagüey, del tren que construyó a pura sangre y fuego, el segundo del país. 

Juan Bellido de Luna (Matanzas, Capitanía General de Cuba, 3 de septiembre de 1828 - Guanabacoa, La Habana, Cuba 30 de abril de 1902) 

  • Biografía:

Participó en la conspiración independentista de Vuelta Abajo en 1852, comprando armas en La Habana que fueron contrabandeadas a los rebeldes en el campo. Corresponsal confidencial en Cuba del periódico exiliado cubano La Verdad, publicado en Nueva York. Editor y escritor del periódico clandestino independentista La voz del pueblo cubano en Cuba. El impresor, Eduardo Facciolo, fue arrestado por las autoridades españolas y ejecutado. Bellido de Luna huyó de Cuba en 1852, dejando atrás su negocio comercial, en un barco hacia los Estados Unidos. Fue condenado a muerte en ausencia.

Uno de los oradores en la reunión de la Junta Cubana en la ciudad de Nueva York el 11 de octubre de 1852. Regresó a Cuba después de la amnistía general de 1856. Fue encarcelado en 1866 por actividades políticas ilegales, en la fortaleza de San Severino, Matanzas, y tras su liberación, regresó al exilio en los Estados Unidos. En 1869, un año después del inicio de la Guerra de los Diez Años, fue arrestado mientras lideraba una expedición armada a Cuba y deportado a España. Huyó de Europa en 1870 y buscó refugio nuevamente en la ciudad de Nueva York, donde participó activamente en la política revolucionaria cubana.

Su hermano, Antonio Bellido de Luna, ciudadano estadounidense, vivía en Guanabacoa en 1885, cuando demandó al gobierno español por la falsa prisión y muerte de su hermano Francisco Bellido de Luna, también ciudadano estadounidense. Fue representado por el abogado Jose Ignacio Rodriguez de Washington, D.C.

En 1885, Juan Bellido de Luna era editor de El Mentor Ilustrado de los Niños, un periódico para niños, en el 234 de la Octava Avenida, en la ciudad de Nueva York. Contrató al abogado Rodríguez para demandar al gobierno de Colombia por $25,000 cuando la guerra civil en ese país hizo que perdiera todas sus suscripciones al periódico destruidas en un incendio en la oficina de correos.

Poeta y ensayista consumado, en 1888 publicó en Nueva York el folleto "La Anexión de Cuba a los Estados Unidos". Al año siguiente, vivía en el 320 de la Calle 44 Oeste, Manhattan, y utilizaba un sello de goma en su correspondencia que decía: "Juan Bellido de Luna, No. 12 Old Slip, Room 20, New York, Agente Comisionista.

  • Muerte 

Juan Bellido De Luna, un conocido anexionista cubano, falleció en su hogar en La Habana, Cuba, el 30 de abril, a la edad de 74 años. Tenía amigos en esta ciudad y la había visitado varias veces.